jueves, 30 de mayo de 2013

Ironman Lanzarote 2013: Carrera y final.

  El recorrido consta de una vuelta larga hasta playa Honda de 20km y de 2 vueltas cortas hasta el aeropuerto de 11km cada una. Comienzo tranquilo, cada 2,5 km hay avituallamiento, decido hacer andando los avituallamientos para poder hidratarme bien ya que la bebida la dan en vaso ancho y si corro se me cae todo. Cada 5 km me tomo un gel.

km 28
   Llevo 7 km y me encuentro de maravilla. Llevaba tiempo que no disfrutaba tanto corriendo. Un escalofrío me recorre el cuerpo. Se que voy rápido y que puede tener consecuencias al final de la carrera pero decido continuar y arriesgar y si llegan malos momentos ya los afrontaré. La carrera transcurre por el paseo de la playa. Está lleno de gente animando. Mucho extranjero y es que hay participantes de 43 países. Escucho mi nombre de muchas maneras distintas, me hace gracia. Bordeamos el aeropuerto, el viento molesta, es una zona donde solo estamos los corredores. Hay una ambulancia recogiendo a uno de los corredores. Hago auto-chequeo, me encuentro bien, las piernas responden y me concentro en seguir adelante.

 Giro de la primera vuelta en playa Honda. Una cuarta parte hecha, ya queda menos y me siento genial. Sigo con el plan de andar en los avituallamientos y gel cada 5km.  Llego al final de la primera vuelta en la zona de meta y me colocan la primera goma de color amarilla, esto me anima. Mis amigos me dicen que he tardado 1h 40min para hacer la media maratón. Asumo el riesgo y continuo.

  En la segunda vuelta el cuerpo sigue respondiendo bien, mentalmente me encuentro bien pero a mi alrededor  la imagen de los corredores empieza a cambiar. Se ve gente sentada con arcadas, alguno tumbado en el suelo mareado  y hay mucha gente caminando. Yo concentrado en lo mío. Nuevo giro, esta vez el corto antes de llegar al aeropuerto, paso  por encima de la alfombra de control de tiempo y pienso que mi hermano me estará controlando desde casa y eso me anima.
Giro en la zona de meta.

  La segunda vuelta llega a su fin, pulsera azul colocada, ya solo falta 1 vuelta de 11km y el Ironman es mío. Este pensamiento en vez de empujarme en este último esfuerzo me relaja y me lleva a una situación que antes nunca había vivido. Y es que me quedo VACIO. Me han desaparecido las fuerzas y tengo que parar de correr y comenzar a caminar. No me entran más geles pero se que tengo que comer si quiero continuar. Llego al primer avituallamiento y cojo 4 trozos de naranjas y agua. Este año no hay Coca-cola y se que me hubiese venido bien en estos momentos. Termina el avituallamiento e intento comenzar a correr pero no puedo mover las piernas, me pesan como si me hubieran llenado las zapatillas de plomo.

   Llevo una pájara de campeonato. Asimilo la situación, se que voy a llegar a meta y que toca sufrir unos cuantos kms. Me faltan 7,5 kms pero parece que me faltara toda la maratón. Tengo que llegar al siguiente avituallamiento y comer, pero parece no llegar nunca. Son estos momentos los que hacen especial esta distancia y es que te lleva al límite.

km 40.

   Llego por fin al avituallamiento antes del giro y me abalanzo sobre la bandeja de naranjas. Empiezo a comer un trozo detrás de otro. Que imagen tengo que estar dando pero es que tengo mucho hambre. Veo que el cuerpo responde y arranco a correr de nuevo. No es con la frescura del principio pero el simple hecho de correr es una alegría. Último giro, solo queda 5,5km, ya ha pasado el momento duro, y es momento de terminar este Ironman. Los kms pasan y me fijo en los demás corredores. Hay quien va por la primera vuelta y ya va  caminando, quien está sentado con angustia porque su estómago no le da tregua, quien su cuerpo se retuerce y coge posturas no muy cómodas a la hora de correr, pero lo que si veo en los ojos de todos los participantes es ese afán de superación que les llevará a meta aunque les cueste 17 horas.

   Mi momento ha llegado. Después de 6 meses de duro entrenamiento, madrugones, quitar tiempo a los que me quieren, por fin voy a cruzar esa meta que tantas veces la he imaginado. Me paro para saludar a mis amigos y le doy un beso a Laura. Hago andando estos últimos 30 metros. Ya he corrido suficiente por hoy.
Entrada a Meta. 

  El público anima aunque no me conocen. El speaker dice mi nombre y dice que soy un Ironman. Me siento contento por haberlo conseguido pero no me emociono, no lloro, estoy VACIO. Lo he dado todo. Me siento vacío física y mentalmente. Mucho tiempo esperando alcanzar este momento y por fin lo he conseguido.



  En muchos libros de grandes montañeros, cuentan que después de realizar esfuerzos sobrehumanos por alcanzar la cumbre, una vez en ella se sienten Vacíos, ausentes de emoción . Así me he sentido yo en mi pequeña cumbre. Con el paso de los días voy saboreando cada segundo vivido en esas 12h y 12 minutos del 22º Ironman Lanzarote.

  Quería terminar dando las gracias a mis amigos y familia por todos los ánimos que he recibido y a la peña Ciclista de Dolores por ayudarme a ponerme en forma sobre la bici.

Gracias
  Ahora toca descansar y en junio a ponerse en forma de nuevo para el maratón de Berlín y el medio Ironman de Cabo de Gata.





Ironman Lanzarote 2013: Bici.



  Comienzo la bici bajo una lluvia intensa y viento fuerte. Durante un momento se me pasa por la cabeza ir dirección la casa que se tiene que estar mejor. Miro hacia la zona de las montañas y las nubes lo tapan todo, vaya día nos espera. El recorrido es un sube baja constante y no da tregua. Antes de llegar a Yaiza nos encontramos con una subida de unos 3km que sirve como carta de presentación. Y es que  cuando uno se apunta a Lanzarote asume los 2500m de desnivel positivo y los vientos aliseos que no dan tregua. Por eso está considerado uno de los Ironman más duros del mundo.

Comienzo de la bici.
  Una vez pasado Yaiza la carretera va hacia el Golfo para dar una vuelta y volver a Yaiza para enfrentarnos al primer puerto del día que es el parque natural del Timanfaya.

Timanfaya.
Afrontamos la famosa recta de unos 4km rodeados de un mar de lava que hace que uno se sienta un privilegiado por poder pedalear en un entorno así. Una vez superado el puerto nos espera una larga bajada hasta La Santa donde uno no puede dejar de pedalear debido al viento de cara . Desde La Santa a Famara se sube a Sóo, una rápida subida donde en este caso el viento si que es favorable.
Famara con los miradores de Haria y del Río.


  Desde Famara comienza un ascenso progresivo al primero de los miradores, el de Haria. El comienzo al ser con el viento a favor no se hace duro y empieza a notarse calor. El día va despejando y en los momentos donde no sopla el viento la sensación es de bochorno. Llegamos a una rotonda donde giramos para subir una larga recta hacía Teguise. No se la distancia que tiene pero todos los participantes vamos clavados y es que el viento sopla muy fuerte. Una vez pasado Teguise vienen unos km más tranquilos hasta Los Valles donde comienza la dureza del Mirador de Haria.

  Enseguida el terreno se inclina hacia arriba y tras un par de curvas cerradas entramos  en la zona del parque eólico donde las aspas giran a toda velocidad  y es que en estos últimos kms estamos muy expuestos. Km 104, se corona el Mirador de Haria con una altura de 600m. No hay tiempo para el descanso ya que la bajada consta de unas cuantas curvas muy cerradas en las que uno no se puede despistar. Enseguida llegamos a Haria y me encuentro con los ánimos de Laura y mis amigos, no lo saben pero da una inyección de energía bestial. Me acompañan corriendo durante una rampa dura que hay en Haria y me despido de ellos.

El señor Corta lo dio todo en esta subida dandome ánimos.
Se añadió Mutio a la carrera.
Isla La Graciosa


Afronto el último puerto del día, el Mirador del Río. No es tan largo como el de Haria pero hay varios tramos de fuerte inclinación acompañado constantemente de nuestro amigo el viento. Las vistas hacia la isla Graciosa son increíbles y vivo otro momento especial.
La Graciosa.


 Se corona en el km 120 y en este momento hemos terminado una de las partes más duras del circuito de bicicleta. Comienza un rápido descenso con un asfalto horrible en el que no se puede ir acoplado ya que el riesgo a perder el control es alto. Me doy cuenta que el porta-bidones trasero lo llevo colgando.  Cuando mejora el asfalto  paro y veo que de dos tornillos que lo sujetan uno lo he perdido y el otro está apunto. Necesito mantenerlo ya que es donde llevo las herramientas. Saco la llave allen y aprieto todo lo que puedo . Sigue pasando gente y uno de ellos grita a un juez que está conmigo que un chico se acaba de accidentar. No me extrañan los golpes, en esta zona el asfalto resulta un peligro. Al final del día los masajistas me comentan que hay 2 triatletas en coma. Espero que sea una equivocación.( Lo único que he encontrado es que había 35 ingresados de diversa consideración). 
Tramo final del Mirador del Río.
  Después de 10 minutos perdidos consigo dejarlo bastante bien y continuo con el descenso. Es un descenso más sencillos que el del Mirador de Haria y se coge grandes velocidades sin pedalear. En un momento llegamos a Arrieta  y vuelvo a encontrarme con los míos. Como le agradezco lo que están haciendo. Desde aquí hasta Tahiche es un tramo donde el viento es a favor y se puede rodar muy rápido. Intento alimentarme todo lo que puedo ya que con el ajetreo de los Miradores no he podido seguir lo que tenía planeado y empiezo a notar flojera.


  En Tahiche se hace un giro de 90º hacia Nazaret y de nuevo subida con viento de cara. Las piernas ya están cargadas y aunque no es muy larga la subida incomoda bastante. Antes de llegar a Nazaret giramos a la izquierda por un desvío y aquí el asfalto ya es el colmo del horror. El suelo está lleno de bidones y de materiales. No dura muchos kms pero las posibilidades de reventar alguna rueda son altas. Llegamos al monumento al campesino y nos quedan unos 9 km de ligera subida antes de afrontar los últimos 10 kms de bajada.

  Termina la subida y me relajo todo lo que puedo en la bajada para llegar lo más fresco posible. Bajada rápida por un camino estrecho protegido por piedras volcánicas afiladas como cuchillas. Llego a puerto del Carmen después de 6h 40min. Se que podría haberme exprimido  más sobre la bici porque entrenado estaba pero no me he sentido cómodo en ningún momento.

Legada a boxes.
  Llego a boxes, me cogen la bici, y corro a por mi bolsa de transición. Me siento en una tumbona, me untan de crema, me pongo la gorra y las zapas y a correr una maratón a las 3 de la tarde.

miércoles, 29 de mayo de 2013

Ironman Lanzarote 2013: Natación.



    Son las 6:59, la música suena fuerte, todos aplaudimos y da comienzo el 22º Ironman de Lanzarote bajo una lluvia intensa. Nada mas tocar agua me dirijo a la derecha ya que la primera boya está muy cerca y no me quiero quedar bloqueado. Haré más distancia con la intención de recibir el menor número de golpes. Solo veo espuma blanca, neoprenos negros y manos moviéndose a toda velocidad. El abrirme a la derecha me permite nadar bastante cómodo, recibo algún golpe fuerte pero dentro de lo normal.
 
Comienzo de la natación.
  Nada más girar la primera boya cojo unos pies que me permiten ir a un ritmo cómodo reservando fuerzas. Los dos largos de 800m parecen que no se van a terminar nunca. El fondo está oscuro ya que todavía no ha salido el sol y con el día que hace parece que le va a costar. Enfilo los últimos 50m un poco bloqueado por la gente y toco la arena para terminar la primera vuelta de 1900m en 34 min. Giro en la arena de 20m corriendo, descanso un poco los brazos y me vuelvo a lanzar al agua para hacer la segunda vuelta de otros 1900m.

 
Tiempo loco.
  El comienzo de esta segunda vuelta es mucho más cómodo ya que el grupo va estirado. Cuando estoy apunto de girar la primera boya noto un calambrazo fuerte en el tobillo izquierdo. Que suerte he tenido, me llevo una buena picadura de medusa que me deja una buena marca. Ha sido solo un susto y continuo tranquilamente. Al llegar al cambio de giro la corriente en contra ha aumentado considerablemente, menos mal que solo son 150m. Enfilo los últimos 750m de natación, levanto la cabeza y veo un arco iris en la zona de meta, el tiempo está loco. Termino la natación en 1h 11min bastante tranquilo dentro del tiempo.

  Transición tranquila en el que decido ponerme mallot para llevar la comida en los bolsillos, cojo la bici y a recorrer 180km que nos llevará por toda la isla.


Transición T1

martes, 28 de mayo de 2013

Ironman Lanzarote 2013: previa.



 Como me ocurre cada vez que viajo, valoro y disfruto de lo acontecido cuando regreso a casa. Y en este viaje de un año de duración han ocurrido muchas cosas. El Ironman de Lanzarote 2013 comenzó en Mayo del 2012 en el momento de la inscripción. Con el corazón latiendo intensamente, las manos frías y gotas de sudor que recorren la espalda, uno aprieta al Ok después de meter los datos de la tarjeta de crédito. Ya no hay marcha atrás. A partir de ese momento queda grabado a fuego la fecha: 18 de Mayo 2013, 22º IRONMAN DE LANZAROTE.

Alojamiento en Lanzarote.
Gran compañia  para desconectar de la carrera.



   Lo primero es hacerse un plan de entrenamiento compatible con el día a día (algo nada sencillo ya que el número de horas es elevado). En mi caso el entrenamiento se realizaría al medio día y los fines de semana. Comencé en Noviembre pero una Condromalacia en la rodilla derecha me hizo parar en seco el entrenamiento. Mentalmente me hundí un poco, porque la incertidumbre de cuando cesaría la lesión me tenía inquieto. Volví a la normalidad a partir de enero y pude ir completando los entrenamientos sin problemas. Durante muchas horas de entrenamiento iba visualizando como discurriría la carrera, que sentiría en el momento de cruzar la meta, si lloraría, si gritaría... no se muchas cosas.

Timanfaya y sus camellos.

  Los meses fueron pasando y la dureza de los entrenamientos fueron incrementándose. Llegó el mes de carga de bicicleta y la suma de horas semanales llegó a su máximo con 21 horas. Se hicieron normales salidas de 170km de bici seguidas de 1 hora de carrera para comprobar como se portaría mi cuerpo, entrenar la alimentación y preparar la mente para tantas horas de ejercicio continuo. Durante este periodo participé en varias pruebas de distinto nivel (Sueca, Arenales 113...) y la confianza fue aumentando ante las buenas sensaciones.

Degustación de moscateles en proceso.


  Y así llegó la semana del Ironman, y ante mi sorpresa, cada día me encontraba más tranquilo. Confiado en mis posibilidades y con el único objetivo de terminar y de disfrutar de un día que con tanta antelación había preparando hasta el último detalle. El jueves aterricé en Lanzarote a las 11:20 am y lo primero que vi por la ventanilla del avión fue la agitación de las palmeras. Con el viento ya contaba pero me sorprendió la intensidad del mismo. Día ajetreado en el que tuve que ir a recoger la bici  a Sand Beach y luego los dorsales a Club La Santa. Una vez hecho todo esto me junte con mis amigos y a disfrutar de lo que quedaba de día.

Subida al Mirador del Rio

  El viernes me desperté pronto y me fui con la bici a confirmar que todo estuviera correcto. Hice el comienzo del circuito de bici y pude comprobar sobre la bici que entre el viento, las cuestas y el estado de la carretera, la bici iba ser dura. Vuelta a casa a desayunar y a descansar todo lo posible. A las 17:00 voy a boxes a dejar la bici y las bolsas con todo el material lo más rápido posible para no ponerme nervioso y a la playa a disfrutar de la tarde.

Degustamos todo tipo de moscateles.

  Y llegó el día que tanto esperaba. Después de medio dormir suena el despertador a las 5:10 am, Laura, Mikel y Nerea se despiertan conmigo y bajamos hacia boxes. El hormigueo en la tripa ya no da tregua y intento llevar los nervios como buenamente puedo. Solo me falta hinchar las ruedas y colocar los geles en la bici para tener todo el material preparado. El silencio que hay es chocante para la cantidad de triatletas que estamos en boxes. Las caras son de tensión y máxima concentración. Me enfundo hasta la cintura el neopreno y me voy para la playa a relajarme con Laura y mis amigos. Me transmiten tranquilidad, confían en mi y me recuerdan que disfrute del día. Falta 20 min para la salida y empieza a llover . Me despido y me voy a remojarme al mar para ajustarme el gorro y las gafas. Nos gritan que vayamos a colocarnos a la salida y hago caso.

6:40 de la mañana, 20 min para el comienzo.

  Me coloco de la mitad hacia atrás ya que no soy un buen nadador y no quiero recibir demasiados golpes. La tensión en estos momentos es máxima. 1900 gorros naranjas estamos esperando el pistoletazo de salida. Se me ponen los pelos de punta, pronto para emocionarme, queda todo el día.